domingo, 16 de enero de 2022

SIMBOLISMO LITERARIO

 



El simbolismo surge a finales del siglo XIX, como oposición  al realismo y el naturalismo que entendían el arte como una forma de imitar la realidad.

Coincidiendo con una época de decadencia y descontento en la que muchos intelectuales comenzaron a cuestionar el positivismo.

En ese sentido, el simbolismo es cercano al parnasianismo, pero surgió como una división entre sus filas a partir de la llegada de los “poetas malditos”: Arthur Rimbaud, Charles Baudelaire, Paul Verlaine, Tristan Corbière, Isidore Ducasse, entre otros; quienes se oponen a la tradición filosófica y artística fundada por la ilustración francesa. Tampoco aceptan la visión de mundo científico, cosmopolita y racionalista que esta última proponía, así como contra los valores pragmáticos y materialistas de la naciente sociedad industrial.

Movimiento poético que tuvo su origen en Francia, al final del siglo XIX; como primer objetivo fue relacionar el mundo sensible con el mundo espiritual, a través de imágenes ( por ejemplo, el color rojo representa no el color rojo en sí; sino, algo más como: pasión, amor, devoción o sangre) que expresaban emociones; escribieron bajo un estilo metafórico y sugestivo, empleando la sinestesia como recurso expresivo, así como una musicalidad en sus rimas.

El simbolismo es un movimiento literario que encuentra en la poesía un sendero perfecto para descubrir, a través de símbolos, una realidad oculta.



LIETERATURA DE LA EDAD MODERNA

 












sábado, 1 de enero de 2022

11 PREMIOS NOBEL DE LITERATURA EN LENGUA ESPAÑOLA




José Maria Echegaray y Eizaguirre Primer Nobel de literatura para las letras hispánicas, le otorgaron en 1904, compartió con el poeta provenzal Frederick Mistral. La Academia Sueca reconoció su trabajo como dramaturgo, conformado por numerosas y originales obras que revivieron las tradiciones del teatro español a principios del siglo XX. Entre sus obras destacan: Locura o Santidad (1876), El gran Galeoto (1881; 1908) y El hijo de Don Juan (1892)Mariana (1891) y La calumnia por castigo (1897). Echegaray también fue un destacado matemático e ingeniero civil, así como ministro de hacienda de España en la década de 1870 y
miembro de las Reales Academias de Ciencias Exactas y de la Lengua. Falleció en Madrid el 14 de septiembre de 1916.


Jacinto Benavente. Dramaturgo español fue aclamado por acercar la realidad social al teatro, abriéndole paso al ingenio y a la prosa en este género. Benavente abordó diversos espectros de la literatura dramática, convirtiéndose en una figura clave de los escenarios y la naciente industria del cine, de la cual también formó parte como productor. Fue un gran defensor de la lengua española y su uso formal en cada aspecto de la sociedad. los intereses creados” “Señora ama”, “La Malquerida”, etc.


Gabriela Mistral. Seudónimo de Lucila Godoy Alcayaga. La poetisa chilena fue la primera figura de América Latina en recibir el premio, así como la única mujer de la literatura iberoamericana en recibirlo hasta el momento. Mistral capturó en su poesía, abundante en elementos de la vanguardia europea y el imaginario nativo americano, intensas emociones inspiradas por la naturaleza, la pérdida, el amor, y el resarcimiento. Los poemarios Desolación (1922) y Tala (1938) son considerados como pilares de la poética latinoamericana por su destreza y energía.


Juan Ramón Jiménez. Autor español reconocido por su poesía lírica y la


presencia de ésta en su obra narrativa, de la cual destaca el relato Platero y yo (1914). Jiménez abandonó España tras el estallido de la Guerra Civil Española, y vivió en Puerto Rico desde 1946 hasta su muerte en 1958. Durante ese periodo trabajó como profesor en la Universidad de Puerto Rico, con lo que influyó a grandes escritores de isla. Moguer, su ciudad natal en el sur de España, sirvió de inspiración y fue un elemento importante de sus textos.

Miguel Ángel Asturias Rosales
. El trabajo literario de Asturias confirmó la relevancia de la literatura latinoamericana en el panorama internacional y puso bajo los reflectores a las comunidades indígenas de la región y los problemas a los que se enfrentan. Precursor del boom latinoamericano, Asturias retrató la dictadura de Manuel Estrada Cabrera en la novela El señor presidente (1946) y fue escrita desde el exilio. La ambiciosa y experimental novela Hombres de maíz (1949) es considerada su obra maestra.

Pablo Neruda (seudónimo de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto). El poeta chileno capturó la atención del mundo con su vibrante poesía, convirtiéndolo en una de las más grandes figuras del género de todos los tiempos. Gabriel García Márquez lo llamó el poeta más grande del siglo XX en cualquier idioma, y su influencia trasciende las barreras del lenguaje. Además del famoso Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) que Neruda publicó a los 19 años, destacan los poemarios España en el corazón (1937) y Estravagario (1958).


Vicente Aleixandre. La obra del poeta sevillano fue reconocida por retratar la condición humana frente a su entorno, convirtiendo a Aleixandre en una puerta de entrada hacia el imaginario de España alrededor de la Guerra Civil. Su compromiso con la tradición poética española lo llevó a impulsar a jóvenes escritores y revistas universitarias. Así, permaneció en el país, dominado por el régimen franquista, pese a sus ideas contrarias. Destacan sus libros La destrucción o el amor (1935), En un vasto dominio (1962) y Poemas de la consumación (1968).


Gabriel García Márquez. El realismo mágico del escritor colombiano retrató una época única, tanto para letras, como para la historia de

América Latina.

Su rica, creativa y colorida narrativa fue un parteaguas de las letras hispánicas en sus dos facetas ante la pluma: Periodista y autor de ficción. Además de Cien años de soledad (1967), su obra más conocida y cuya innovación lo impulsó al escenario internacional, destacan sus novelas Crónica de una muerte anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985).


Camilo José Cela. Además del Nobel, Cela recibió el Premio Príncipe de Asturias, el Premio Cervantes y fue académico de la Real Academia Española por casi medio siglo. El autor español tuvo un gran desempeño en diversos géneros literarios, como el ensayo, la novela y poesía, así como textos periodísticos y literatura dramática. Algunas piezas de su prolífica obra son las novelas La Colmena (1951),  San Camilo, 1936 (1969) ambientada en los días previos al estallido de la Guerra Civil Española, y el libro de Viaje a la Alcarria (1948).


Octavio Paz Lozano, Nobel de literatura de 1990. La compleja y experimental narrativa de Paz es un pilar de la literatura mexicana de las últimas décadas, y una de las más expresivas en el panorama internacional de la segunda mitad del siglo XX. La Academia Sueca le otorgó el premio Nobel por ofrecer “una apasionada escritura con amplios horizontes, caracterizada por la inteligencia sensorial y la integridad humanística”. Su libro más conocido, El Laberinto de la soledad (1950) es una colección de nueve ensayos sobre la mente del mexicano y su vida en sociedad.


Jorge Mario Pedro Vargas Llosa. Sus escritos han sido galardonados repetidas veces, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de literatura en 2010, donde  reconoce el trabajo del escritor: “por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión y la derrota”. Mejor conocido por sus novelas, como La ciudad y los perros (1963), La casa verde (1965), Conversación en la catedral (1969), La tía Julia y el escribidor (1977), La fiesta del chivo (2000), etc. el autor también ha incursionado en otros géneros, como en ensayo y la dramaturgia. Vargas Llosa también recibió el Premio Cervantes en 1994.